Y es que Jesús ha dado la vida por nosotros. Él ha muerto en la cruz por nuestra salvación y ha resucitado para que tengamos vida. Él es la piedra que los arquitectos desecharon y que se ha convertido en piedra angular.
Y fijaos en otra cosa. Y es que si somos cristianos, es decir, discípulos de Jesucristo, también tenemos que procurar seguir su ejemplo e imitarle en todo. Esa es nuestra vocación, nuestra meta, lo que da sentido a nuestra vida. Por eso, a la luz de este discurso evangélico de Jesús sobre el Buen Pastor, tenemos que preguntarnos si nos consideramos responsables de los demás. Mirad; hoy es la jornada de oración universal por las vocaciones. Rezamos especialmente por las vocaciones sacerdotales y religiosas, que tanta... que tantísima falta nos hacen. Pero no podemos olvidarnos que cada uno de nosotros tenemos nuestra vocación cristiana; que a cada uno de nosotros Jesús nos llama a una misión concreta para bien propio y de los demás; que somos, para que me entendáis, una pieza en ese gran rompecabezas que son los planes de Dios, pieza que si falta, queda incompleto el proyecto.
Vamos a pedirle, pues, a la Virgen María que nos ayude a que nos sintamos todos un poco más responsables de los demás; que realmente nos importen los otros, para que por nuestro testimonio cristiano y nuestro ejemplo puedan conocer al Buen Pastor, seguir sus pasos, y llegar a su redil.
Y... como es tradicional que diga en este penúltimo domingo de abril, el próximo domingo no se colgará esta entrada, puesto que estaremos en el Cerro del Cabezo celebrando la Romería a nuestra Madre, Reina y Señora, la Virgen de la Cabeza.
Mn. Ramón Clavería Adiego;
Director espiritual de Abril Romero.
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