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sábado, 11 de diciembre de 2021

REFLEXIONES DE LA PALABRA (DXLI). Domingo III de Adviento


 
Hoy escuchamos en la primera lectura un precioso pasaje en el que profeta Sofonías invita al pueblo a la alegría, proponiéndola como contrapunto eficaz a la tristeza y el temor. El profeta anuncia que el Dios con nosotros llena de alegría al pueblo, lo protege y es fuente de fe y valor.

Por su parte, san Pablo repite a los filipenses la misma invitación a la alegría, invitándolos a dejar a un lado sus preocupaciones sobre el retorno del Señor.

Y es que la presencia, y sobre todo, la cercanía de Dios es motivo de gozo. Por eso Juan Bautista nos exhorta a preparar los corazones para recibir al Señor, invitando a la conversión y pidiendo justicia y compasión. Su enseñanza es concreta y está destinada a personas concretas que quieren convertirse. En general se pide no acaparar los bienes fundamentales para la vida, sino compartirlos; no utilizar la posición social o autoridad para enriquecerse por medio de la corrupción y de la extorsión –que bien harían muchos políticos y dirigentes sociales en abrir su oídos y escuchar en nuestros tiempos las palabras de Juan-.
Así pues, el gozo ante la venida de Cristo a nuestro mundo no es solo una cuestión de sentimientos, sino de esperanza y de conversión activa. Esta consiste en dejarse levantar por el «bieldo» del Señor para que el viento de su Espíritu sople en nuestras vidas dejando los verdaderos frutos de vida cristiana y llevándose a un lado la «paja» que de nada sirve.

Que Santa María –no podemos olvidar que hoy es la fiesta de la Virgen de Guadalupe, “la Guadalupana”, que le dicen nuestros hermanos mexicanos-; que Santa María nos ayude a que el mensaje de Juan, el precursor de Cristo, cale en lo más profundo de nuestros corazones, para que seamos más solidarios con los que menos tienen, y que vivamos eficazmente estos días de Adviento como una verdadera preparación de fe a la conmemoración del nacimiento de nuestro Salvador. 

Mn. Ramón Clavería Adiego;
Director espiritual de Abril Romero.

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