En el evangelio de hoy Jesús nos invita a seguirle
renunciando a todas aquellas seducciones que nos puedan apartar del camino del
amor y de la entrega. Por eso nos invita a tomar en serio su seguimiento. Él no
quiere superficialidades, ni precipitaciones, ni opciones a medias tintas. Él
pide que se le siga con todas las consecuencias y con todo el corazón.
Y es que seguir a Cristo exige opciones valientes; a veces
supone tomar la cruz renunciando a nuestras apetencias instintivas o a las
sugerencias del mundo. Y merece la pena hacerlo por Él, que es el valor
absoluto.
Mirad, en la vida hacemos muchas elecciones. Y elegir algo,
supone descartar otra cosa. Y elegir algo en la vida, muchas veces implica
sacrificio y renuncia. ¿O es que no supone renunciar, por ejemplo, a muchas
comodidades el casarse e iniciar una vida en común con otra persona?¿No te
exige, muchas veces, sacrificio y renuncia el arreglar tu casa, y privarte de
otras cosas para poder ahorrar y tener el dinero suficiente para las obras?¿No
te supone una renuncia el tener un hijo, y privarte de muchas cosas para buscar
lo mejor para él? Y como éstas... pues podemos decir varias. En la vida siempre
tendremos que elegir, y elegir, implicará tomar una opción descartando otras
posibles.
Por eso no puedo dejar de deciros, bien claro, que la mejor
opción a tomar en la vida es la de seguir a Cristo. La de optar por Él. Pues
optar por Jesucristo y seguirle es optar por Dios y por la vida eterna. ¿Qué el
mundo de hoy no lo entiende? Pues que no lo entienda. Nosotros tenemos que dar
ese paso, y darlo sin miedo. Y si muchas personas por tener un cuerpo 10 se
esfuerzan y se machacan horas de gimnasio... se privan de una buena parrillada
y de unos buenos almuerzos de huevos fritos con chorizo y longaniza, con pan
con tomate y jamón... Pues nosotros nos tendremos que esforzar por tener un
alma 10. Porque los cuerpos 10, acabarán, como todos, muriendo y pudriéndose.
Pero las almas 10, acabarán en el cielo, siendo felices para siempre.
Así que no seamos corticos, y demos el paso valiente por
seguir a Cristo. Que sólo Cristo es el que nos salvará. Pidámoselo a la Virgen
María, que fue la que renunció a todo por su Hijo Jesús, y ahora es la criatura
más feliz en el cielo. Y ya que hoy celebramos la fiesta de su nacimiento, no
dejemos de felicitarla. Y qué gran regalo será para ella que le regalemos el
propósito de seguir a Jesucristo con todas sus consecuencias.
Mn. Ramón Clavería Adiego;
Director espiritual de Canal Romero.
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