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viernes, 12 de abril de 2019

REFLEXIONES DE LA PALABRA (CCCLXXXIX). Jueves Santo de la Cena del Señor



Imagen relacionadaEn esta tarde de este jueves que relumbra más que el sol, estamos aquí, como los apóstoles, dispuestos a acompañar a Jesús en este momento intenso de la Última Cena, donde Cristo, el Señor, nos hace partícipes del Misterio Pascual, y para ello nos da los dones de la Eucaristía, del Sacerdocio ministerial, y la Ley nueva, el mandamiento del Amor.
Por eso, si en toda celebración eucarística hacemos presente el memorial de la muerte de Cristo y se realiza la obra de nuestra redención, esto se lleva a cabo hoy de una manera especial, pues repetimos y actualizamos sacramentalmente la Última Cena de Jesús, el misterio de su pasión y muerte,  ya que cada vez que comemos de este Pan y bebemos de este Cáliz, proclamamos la muerte del Señor hasta que vuelva.
Pero la liturgia de esta festividad nos marca también la pauta a seguir si queremos vivir mejor el misterio que estamos celebrando. Es preciso que la Sangre de Cristo, a través de los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía, selle nuestras puertas, nos redima del pecado y nos limpie de todo mal.
Y otra cosa... Tenemos que tener en cuenta que, como decía Benedicto XVI, «el Jueves Santo no es sólo el día de la Institución de la Santa Eucaristía», que también forman «parte del Jueves Santo la noche oscura del Monte de los Olivos, hacia la cual se dirige con sus discípulos; forma parte también la soledad y el abandono de Jesús que orando, va al encuentro de la oscuridad de la muerte; forma parte de este Jueves Santo la traición de Judas y el arresto de Jesús, así como también la negación de Pedro, la acusación ante el Sanedrín y la entrega a los paganos, a Pilato». Son muchos los acontecimientos que, a partir de ahora, van a comenzar a desarrollarse en la historia de la Pascua de Jesús.
Celebremos, pues, la Eucaristía y no olvidemos el mandamiento nuevo en el que se nos recuerda que a Dios se le ama, se le sirve, haciéndonos servidores de los demás, sobre todo de los más humildes y de los más necesitados.

Mn. Ramón Clavería Adiego;
Director espiritual de Canal Romero.

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