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miércoles, 5 de junio de 2019

ARTÍCULO: "La Chispa de Dios"


Sigo pensando que hemos perdido el norte, y hay un mal endémico instaurado en los rincones más ocultos y en los púlpitos más concurridos. Que el mundo es el “Cambalache” del tango elevado al siglo XXI, y que el afán de protagonismo campea como un paso más, en las etapas del ser humano y /o en las edades del hombre. ¿Dónde vamos? ¿Qué queremos? ¿Dónde está el sentido de la romería? ¿Cuánto somos capaces de gastar en trajes de flamenca, para aparentar..? ¿Cuánto nos hace falta para saciar nuestra diversión?¿Están aprendiendo nuestros hijos el porqué de la fiesta? Cuantas preguntas. 

Solo quiero pensar que tanto derroche, tanto jolgorio, tanta parafernalia y tanto espejismo disfrazado de idiosincrasia y costumbre, no minan lo que verdaderamente es el centro de la alegría del cristiano. Tanta foto, tantos honores, y tanta red social contando al minuto lo monísimas que van fulanita y menganitas ataviadas a la ultima moda de las buenas romeras de pasarela. Es grande no perder nuestras raíces, es de ley, pero el mantenimiento de las costumbres tiene una razón de ser, y un epicentro que está por encima de volantes y bolsitos a juego. No podemos hacer del templo una casa de mercaderes. Porque esa Basílica es la Casa de Dios. Allí nuestra Madre nos espera siempre para ser el consuelo, la Luz, el camino a seguir y la guía precisa que nos marca los pasos. Porque la verdadera romería será un tránsito a la vida Nueva. Y en ese tránsito no nos harán falta los trajes de flamenca ni los pendientes a juego. Allí vamos de la mano de la Virgen de la Cabeza y el equipaje son las acciones que hemos hecho en la vida terrena. Festejamos ser cristianos. ¿Os dáis cuenta? Cuando en otras tierras están muriendo por eso mismo. Nosotros lo gritamos a los cuatro vientos y ondeamos las banderas y llenamos el cielo de cohetes. ¿No creéis que somos muy afortunados? ¿No pensáis que sentir el pellizco en el estómago cuando la Hermandad Matriz visita los asilos, y alegra con su coro las calles, es un regalo de Dios?

Somos cristianos con una fe mariana fuera de lo normal. ¿o no?. ¿O lo que sentimos cuando la Virgen sale no es una explosión de devoción y de amor? Eso que nos brinca en el pecho y que salta al galope con su mirada es el gen de Dios. Su chispa. Su fe. La respuesta a tantas preguntas. Eso merece la pena experimentarlo. Y si no lo han sentido, háganselo mirar. Porque se van a ir de este mundo sin conectar con el cielo. (Aparte hay que portarse bien en la vida, ¿eh?) Pero ese momento, no deben perdérselo. Lo pueden vivir en el camarín, a solas con Ella. (Ella os habla, poned el oído). Y por supuesto lo pueden sentir en su procesión, o en cualquier momento de la romería en que la oración se haga presente, de cualquier forma que escoja, cantando, rezando, o incluso en silencio, en el sueño de una carreta. Sean valientes. En el festejo, en sus peñas, en sus casas de Hermandad, sean valientes. Proclamen y anuncien la alegría de ser hijos de Dios y de su Madre. 

Como dijo el papa Francisco en su homilía en Santa Marta el 13 de abril de 2015: Es la «valentía del anuncio» lo que «nos distingue del simple proselitismo». «Nosotros no hacemos publicidad» para tener «más “socios” en nuestra “sociedad espiritual”». Esto «no funciona, no es cristiano». En cambio, «lo que el cristiano hace es anunciar con valentía; y el anuncio de Jesucristo provoca, mediante el Espíritu Santo, ese estupor que nos hace seguir adelante». Por eso «el verdadero protagonista de todo esto es el Espíritu Santo». No olviden la chispa. La verdadera romería. El porqué de las cosas. ¡Viva la Virgen de la Cabeza.¡


Inmaculada Cáliz
CANAL ROMERO