La Palabra de Dios que escuchamos hoy nos muestra como el
pueblo de Dios esperaba la salvación acompañada de signos y curaciones
corporales: los oídos de los sordos se abrirán y la lengua del mudo cantará,
nos decía el profeta Isaías.
Bueno, pues la curación del sordomudo, en el evangelio de
hoy, es señal de que la salvación de Dios, anunciada por el profeta, ha
empezado a cumplirse en Jesús.
Ahora bien, también nosotros necesitamos ser tocados por el
Señor para ser curados de nuestras sorderas y escuchar y acoger la Palabra de
Dios que recibimos, y de nuestra mudez para proclamarla con valentía a todos los
que nos rodean.
Y es que un cristiano ha de tener siempre los oídos abiertos
para escuchar y los labios dispuestos para confesar su fe. Para escuchar tanto
a Dios como a los demás, sin hacerse el sordo ni a la palabra salvadora, ni a las
demandas de nuestro prójimo; porque, como nos dice la carta del Apóstol
Santiago, no hemos de mezclar la fe en Jesucristo con la acepción de personas. Es
más, con la curación del sordomudo, Jesús nos muestra como Dios eligió a los más miserables de
la tierra para que fuesen los primeros en su Reino.
Que la
Virgen María nos ayude para que seamos fuertes y no temamos, y sigamos con
decisión a Jesucristo, que todo lo ha hecho bien.
Mn. Ramón Clavería Adiego;
Director espiritual de Abril Romero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, bienvenid@ a Abril Romero. Deje su mensaje o saludo.