Con la tristeza que todavía nos embarga, desde que aquel día 10 que nos dejó José María, quiero dedicarle unas palabras, que desde mi corazón, que no desde mi cabeza, irán directamente al regazo de la Virgen, exactamente al mismo sitio, sea donde sea, esté donde esté, está nuestro amigo, llamado cariñosamente, «el Bollos».
Recuerdo en una de mis subidas andando al Santuario, en el que él nos guiaba por la madrugada andujareña por las breñas y las jaras, de nuestra Sierra Morena. Nos iba contando sus vivencias para ir dejando atrás las fatigas del camino...José María, ha sido un hombre andujareño, que ha querido realzar nuestras fiestas, nuestras costumbres y a fe que lo ha conseguido.
Nunca en nuestra historia reciente, ha habido tantos cambios y tantas novedades en el seno de la Cofradía, y ese trabajo principalmente lo llevo José María, no sin grandes dificultades encontradas en el camino. Ese mismo camino que le ha llevado desde su pueblo, ese pueblo que tanto defendió, a través de nuestras costumbres y devociones, directamente a la vera de María.
Nos dejó demasiado joven, pero su legado, su trabajo y su desatino por nuestra MADRE, quedará para siempre grabado en la memoria de los romeros. Andújar, ciudad en la que se reconoce más y mejor el trabajo y la labor de los foráneos que de los propios, deberá tener muy presente su memoria, y homenajear como se merece, como sabemos hacer si queremos a este hombre que ha sabido promocionar a nuestra ciudad.
Artículo: Diego Utrera
CANAL ROMERO
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