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sábado, 7 de diciembre de 2019

REFLEXIONES DE LA PALABRA (CDXX). Solemnidad de la Inmaculada Concepción



Resultado de imagen de inmaculada macarenaHoy, en este segundo domingo de Adviento, celebramos la fiesta de la Inmaculada Concepción de María. Su recuerdo, su ejemplo, son sin duda una magnífica ayuda para seguir caminando en la espera de la venida del Señor entre nosotros; pues la presencia de la Virgen María nos invita a esperar y preparar la venida del Hijo de Dios como Ella lo hizo.
Y celebrar esta fiesta de la Inmaculada en el tiempo de Adviento tiene que tener un significado muy especial para todos nosotros, pues celebramos que la Virgen María, la madre de Jesús y madre nuestra, fue preparada por Dios para ser la Madre del Mesías no heredando la mancha del pecado original. Es decir, que María, desde el primer instante de su existencia, es tal y como Dios había creado al hombre: totalmente santa. Y además, por un privilegio especial de Dios, no cometió ningún pecado durante su vida estando siempre libre de todo mal.
Y es que el mal es algo que está presente en nuestro mundo. Y lo está desde el principio. La primera lectura nos ha mostrado como fue aquel pecado de los primeros padres, quienes, engañados por el diablo, quisieron poder estar por encima de Dios. Y por soberbios, perdieron la amistad con Dios.
Sin embargo, Dios no ha dejado nunca al hombre de lado ni lo ha abandonado, y la humildad de una joven de Nazaret, llamada María, permite abrir la puerta al Salvador. Seguramente que escuchar el relato del Evangelio de hoy sin fe, pues nos suene a un relato fantástico. Sin fe no cuadra nada de lo que nos dice hoy Dios el Evangelio. Pero Dios es Dios y rompe nuestras barreras, nuestros límites, nuestras posibilidades... Para Dios nada hay imposible.
Por eso la celebración de hoy nos tiene que llenar el corazón de esperanza en que todo es posible para Dios. Hoy tenemos que pedirle a la Virgen María que nos enseñe a dejar que en nuestra vida Dios sea Dios, a asombrarnos con sus maravillas, a dejarnos tocar con su gracia...
Y no puedo dejar pasar por alto que la Inmaculada es patrona de España. España ha sido llamada la tierra de María Santísima. Hoy es un día para pedir por nuestra patria; para que los habitantes de nuestra vieja piel de toro sigamos sintiendo nuestra vinculación con la Virgen María y transmitamos a las siguientes generaciones el amor por la Madre de Dios. Que Ella sea nuestra luz en la oscuridad, nuestra estrella en la noche y sea en nuestra vida muestra de la ternura de Dios.

 Mn. Ramón Clavería Adiego;
Director espiritual de Abril Romero

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