LA ROSA DE ORO DE LA CALLE FERIA QUISO BENDECIR EL ÚLTIMO
SÁBADO DE SEPTIEMBRE
El 30 de septiembre procesionó por las calles de
la capital de Andalucía la Virgen de la Cabeza, titular de la cofradía sevillana, filial de Andújar. Este año, por decisión de la Junta de Gobierno de esta
querida hermandad, ponía por primera vez, por lo menos en el conocimiento de
este humilde cofrade y romero, su imagen vicaria en las calles de la cuna de la
Semana de Pasión, en el mes de septiembre, ya que por costumbre suele ser el
primer sábado del mes del Rosario, este presente mes en el que empezamos a
caminar de octubre.
Se abrían las puertas del templo de San Juan de la Palma en
torno las seis y media de la tarde dejando paso a la banda de cabecera, siendo
esta la banda de cornetas y tambores juvenil del Sol, banda propia de la corporación
del Sábado Santo, hermandad del mismo nombre en la ciudad hispalense, una Cruz
de guía escoltada con dos faroles se adentraba en busca de la calle Feria,
tras ella numerosas hermandades, que entre otras, pudimos disfrutar de la presencia
de las filiales de Jerez de la Frontera, Arjonilla y la ahijada de Palma del
Río, también se disfrutó de la presencia de hermandades de la ciudad cercanas a
esta filial de Sevilla, en la primera revirá del paso procesional, una copiosa
petalá caía del cielo de Sevilla inundando de belleza el instante.
La Virgen, exquisítamente ataviada con un manto azul bordado,
saya blanca, con fajín de capitán general dispuesto a la izquierda, repleto de
broches y medallas que junto al mantolín del bendito Niño, de terciopelo rojo también
bordado, hacían un conjunto que emocionaba al devoto, un ángel de plata a los
pies le ofrecía el bastón de alcaldesa perpetua de nuestra ciudad andujareña,
una idea muy acertada puesto que podemos disfrutar más aún de la talla de
Nuestra Señora, más despejada.
El paso procesional delicadamente exornado floralmente, la luz a la Reina de Sierra Morena emanaba de sus candelabros de guarda brisa plateados en las esquinas y una gran fuente de plata hacía las veces de trono majestuoso para la Madre de Dios, a sus pies se vislumbraba una réplica de la Rosa de Oro que su Santidad Benedicto XVI le otorgaría a la titular de Andújar, en los faldones de este altar transeúnte podíamos ver unas representaciones pictóricas entre ellas la Aparición de nuestra Señora al pastor de Colomera, la Rosa de Oro o la Coronación de la Santísima Virgen.
Cuando el paso hacía su primera levantá en el interior de
este templo, núcleo del Domingo de Ramos, comenzaba a sonar entre las naves de
este la marcha Amarguras dedicada a la Virgen de la Amargura titular de su hermandad del mismo nombre que preside junto a San Juan Evangelista el Altar
Mayor, acercándose hasta Ella el paso de nuestra Reina, siendo por parte de la
banda de música de la Cruz Roja de Sevilla la que pusiera los sones, en este
momento y durante toda la procesión haciendo de esta una delicia musical al
cofrade, culminando este sublime saludo con un rezo por parte del padre trinitario Manuel García, que también quiso acompañar a esta filial en esta
noche de otoño.
La procesión de la Virgen visitó como es de costumbre a la
capilla de la Hermandad del Jueves Santo de Monte-Sión, su barrio y su
convento, el convento de Sor Ángela de la Cruz con rezo angelical de sus
hermanas y por primera vez se trasladó hasta la Plaza de la Encarnación,
popularmente conocida en la actualidad por la “de las setas”, por la
arquitectura que la ocupa, llegando hasta el templo donde las Hermandades de
Ntra. Sra. del Mar y la Virgen de Guadalupe la habitan, entrando en su interior
para saludarlas, culminando en el convento Pozo Santo y la Divina Pastora de Santa
Marina, habitando de nuevo la calle Feria y San Juan de la Palma
Escoltada por un cuerpo de acolitado de seis ciriales evocándonos la Coronación de la Señora de Andújar, incienso impregnaba cada rincón de la plaza y aunque no estuviera formalmente presente, tristemente por motivos varios con damascos y cetros la Cofradía Matriz, numerosos hijos cofrades de la ciudad Madre acompañaron de una u otra formar al transitar de la Santísima Virgen que entorno la media noche con el canto de la "Morenita" con sones de la misma se ponía punto y final a una jornada novedosa e histórica para esta cofradía sevillana.
Escoltada por un cuerpo de acolitado de seis ciriales evocándonos la Coronación de la Señora de Andújar, incienso impregnaba cada rincón de la plaza y aunque no estuviera formalmente presente, tristemente por motivos varios con damascos y cetros la Cofradía Matriz, numerosos hijos cofrades de la ciudad Madre acompañaron de una u otra formar al transitar de la Santísima Virgen que entorno la media noche con el canto de la "Morenita" con sones de la misma se ponía punto y final a una jornada novedosa e histórica para esta cofradía sevillana.
Artículo y fotografías: Jorge de Cecilia
CANAL ROMERO
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