Me gustaría comenzar esta nueva etapa refiriéndome en lo que significa la Virgen de la Cabeza para el pueblo llano, es decir, para cualquier iliturgitano. La incultura cofrade, hace que nuestro pueblo no luche por sus raíces, ni luche desde que nuestra patrona se apareciera en nuestra ciudad. Por ello, aparecen estos pobres incultos "cofrades" en el seno de nuestra cofradía, haciendo de ella, de lo trabajado y luchado por personas que ya se encuentran con nuestra Madre en los Cielos o están apartados de la vida cofrade de nuestra hermandad, un destrozo provocando lo que a día de hoy lamentamos…
Andújar, la que no es cofrade, la que solo ve a la Virgen
con ojos de la de siempre, y no con ojos de Patrona y mucho menos de titular de
nuestra hermandad, no sabe ni lo que tiene, ni lo que tristemente perderá, pero claro cuando a una persona llana de nuestro pueblo
le argumentas algo de esto, y le haces entrar en razón con lo que es nuestro,
te dice "que la Virgen siempre va a estar ahí“ o “qué más da si es de
unos o de otros, la romería no se va perder, y la Virgen va a seguir saliendo”. Y cuando me dicen esto se me cae el alma al suelo. ¿Pero es que nadie va
a luchar por nuestra titular?, ¿nadie va a luchar por nuestra cofradía?. Y ahí me
responde esta persona llana que sabe de cofradía, poco más de
que las banderas salen los domingos próximos a la romería, o quién es este año
el hermano mayor.
“¿Qué luchemos por la cofradía?”, “¿Por mi Hermandad?”. “Dime la verdad, ¿cuándo ha sido la cofradía, la hermandad del pueblo?, si al cabo de los siglos lo único que ha hecho es mirar por los propios intereses de quienes la revestían de alteza, y a nosotros, los pobres del pueblo, ni nos miraban, como mucho nos pasaban la bandeja de plata para que además diésemos un donativo para “nuestra Cofradía”.
“¿Qué luchemos por la cofradía?”, “¿Por mi Hermandad?”. “Dime la verdad, ¿cuándo ha sido la cofradía, la hermandad del pueblo?, si al cabo de los siglos lo único que ha hecho es mirar por los propios intereses de quienes la revestían de alteza, y a nosotros, los pobres del pueblo, ni nos miraban, como mucho nos pasaban la bandeja de plata para que además diésemos un donativo para “nuestra Cofradía”.
Después de todo, encima tengo que darle la razón, y pensar cuántas veces nuestra Hermandad ha hecho las cosas como Dios manda... ¿Cuántas veces ha hecho las cosas como lo que es una hermandad en caridad, y una hermandad del pueblo?
Pues mucho me temo que desde hace bien poco, desde que las nuevas juntas de gobierno le daban toques de humildad, de caridad, de cofradía a lo que es nuestra hermandad. Una hermandad que tiene que luchar tanto por sus hermanos y vecinos, como por todas sus filiales.
Pues bien, preguntar, a cualquier persona llana, a cualquier desconocido, cofrademente hablando, que no es muy difícil de encontrar que significa para él nuestra Patrona, y que nos cuente algo, de lo que significa para el su hermandad de Andújar. Nos llevaremos más de una sorpresa, de gente que incluso ha visto a la Virgen ser coronada por dos veces, a gente que ha visto la evolución de la devoción a nuestra alcaldesa perpetua. Gente que ha visto como pasaba de pasearse las banderas siendo portadas por personas digamos de algún modo, poco presentables a personas que con traje y chaqueta le dan un seriedad y una dignidad a nuestro cortejo de cofradía por donde vaya, ha visto como la Virgen en la novena de nuestro pueblo, pasaba tristemente de las andas al costal, y de nuevo del costal a las andas sin dejarnos apenas respirar, o ha visto como la Virgen tanto en el Cerro como la Ermita pasa de tomar una vestimenta más cofrade y más digna a la que es Patrona de la Diócesis de Jaén, a la que es nuestra titular. Ahora, de nuevo toca revocarnos a años atrás, a pasitos que bien sabe el mismo pueblo, nos ha costado llegar, y ya que lo conseguimos con mucho esfuerzo, ¡zasca! nos lo vuelven a quitar.
En fin, como digo, volver a preguntar a Andújar llana, a la Andújar no cofrade, qué es para ellos nuestra Madre Santísima, que hasta a los pocos creyentes, los hace creer. Pienso sinceramente que ni aprecian cómo seguimos avanzando, contra corriente, contra los que no saben y no quieren aprender, y contra los que saben demasiado y quieren retroceder.
Artículo: Jorge Cecilia Escribano
CANAL ROMERO
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